Se trata de un conjunto de técnicas y estrategias que tienen como finalidad estimular y entrenar las diferentes funciones cognitivas a través de la realización de distintas actividades enfocadas a mantener o mejorar el funcionamiento cognitivo global. Además, está considerada como la terapia no farmacológica más destacable para personas con Alzheimer y otras Demencias.
La estimulación cognitiva, dentro del campo de las demencias, engloba diferentes actividades dirigidas a mantener a largo plazo las funciones cognitivas preservadas en la persona, así como mejorar los déficits ocasionados por los problemas cognitivos presentes. Así mismo, pretende mejorar las capacidades de la conducta, afectividad y funcionales. De este modo, colaborará en producir una mejora globalizada de la conducta y estado anímico consiguiendo una mejora en la autoestima, identidad y autoeficacia de la persona.
Cabe resaltar, que es conveniente introducir un plan de estimulación cognitiva desde un estado inicial del trastorno neurocognitivo. Del mismo modo, es muy recomendable en aquellas personas mayores que presenten dificultades de memoria debidas a un envejecimiento normal.
Las áreas de intervención durante los talleres a lo largo de la semana son atención y concentración, lenguaje, memoria a corto y largo plazo, cognición espacial y percepción, calculo, praxias y gnosias y, funciones ejecutivas.