El Alzheimer es trastorno neurocognitivo mayor progresivo cuya etiología es todavía desconocida. El deterioro cerebral que encontramos suele afectar a las áreas temporales y parietales y, en ocasiones al lóbulo frontal y al área hipocampal y límbica. Esta afectación es tan extensa que se produce una desintegración conjunta, homogénea y uniforme de prácticamente todas las funciones corticales superiores.
Neuropatológicamente se caracteriza por una atrofia cortical (el cerebro se encoje), placas neuriticas amiloides y ovillos neurofibrilares de proteína tau en las neuronas. Además, está considerada como la causa más común de trastornos neurocognitivos.
Según su inicio se puede clasificar en:
- Precoz: cuando sucede antes de los 65 años.
- Tardía: cuando ocurre después de los 65 años.
Fases de la Enfermedad del Alzheimer
Fase previa: aparecen déficits cognitivos ligeros de tipo amnésico, con problemas en la memoria prospectiva.
Fase inicial: Duración entre 2 y 4 años. Se caracteriza por un deterioro de la memoria reciente (problemas para recordar tareas cotidianas) y un empobrecimiento del vocabulario, con aparición de anomia o disnomia.
Fase intermedia: Duración entre 3 y 5 años. Aparece el síndrome afaso-apraxo-agnostico y amnesia retrograda donde van evolucionando. Es necesaria la supervisión aunque puedan defenderse en las actividades diarias.
Fase final: Duración variable. Finaliza con la persona mutista, encamado, en estado vegetativo. El paciente no se reconoce a sí mismo, aparece mutismo y caídas por lo que necesita supervisión total.
PROBLEMAS COGNITIVOS DURANTE LA ENFERMEDAD
Deterioro de la memoria: generalmente es una de las primeras manifestaciones, afectando al aprendizaje de información nueva (amnesia anterógrada). Sin embargo, presentan la capacidad de recordar información pasada, aunque a medida que avance el curso de la enfermedad la recuperación de información anterior puede verse afectada (amnesia retrógrada).
Estas personas pueden exhibir las siguientes conductas:
- Repetir afirmaciones y preguntas de manera reiterada
- Olvidarse de conversaciones
- Colocar objetos personales en lugares equivocados
- Problemas de orientación espacial (perderse en lugares que ya conocen)
- Problemas para identificar objeticos con las palabras adecuadas, expresar pensamientos y participar en conversación.
Alteración de la orientación: afecta a la orientación temporal y espacial, apareciendo posteriormente la desorientación personal, llegando incluso a no reconocer a los familiares. Este deterioro presenta una evolución rápida donde la persona no es consciente de su problema (anosognosia).
Deterioro del lenguaje: Estas alteraciones pueden aparecer en la evocación de palabras (anomia) como en la comprensión del lenguaje. En fases más avanzadas, aparece mutismo, ecolalia (repetición de palabra) o palilalia (repetición de sonidos).
Apraxia: deterioro de la capacidad de llevar a cabo gestos simples, no presentando alteración de la capacidad motora, función sensorial ni la comprensión de la tarea. Primero se produce una afectación de las praxias constructivas (capacidad de dibujar), después a las ideomotoras (gestos comunicativos) y finalmente, a las ideatorias (uso de utensilios).
Afectación de funciones ejecutivas: se produce un deterioro en el pensamiento abstracto y razonamiento (como puede ser la acción de realizar múltiples tareas a la vez, controlar fianzas o pagar facturas), así como, en las capacidades de planificar, iniciar, secuenciar y detener actividades.
Agnosias: se produce un fallo en el reconocimiento o identificación de objetos, a pesar de que la función sensorial está intacta. Dependiendo del canal perceptivo por donde la persa reciba la información se producen diferentes tipos de agnosias, siendo estas la visual, auditiva, táctil, olfativa y gustativa.
ALTERACIONES AFECTIVAS DURANTE LA ENFERMEDAD
En el plano afectivo las personas con Alzheimer presentan labilidad e incontinencia emocional junto con presencia de ansiedad y depresión. Estas personas son muy vulnerables a factores estresantes tanto físicos como psicosociales.
- Depresión: es considerada como un factor de riesgo para la enfermedad siendo común su presencia. Se puede observar que la persona no sonríe de forma frecuente, presentando ausencia de reactividad ante hechos o situaciones que anteriormente le alegraban y mostrando anergia (falta de energía).
- Ansiedad: siendo más común en la fase moderada. Se suele manifestar a través de irritabilidad, excesiva actividad motora o incluso con agresividad.
- Apatía: la persona mostrará una falta de motivación para realizar actividades.
- Agresividad: Aunque la mayor parte de las personas con Alzheimer no son agresivo, puede presentarse y en muchas ocasiones va acompañada de delirios.